Nueva Democracia: Breve balance de cinco años de labor


Con motivo de los cinco años de trabajo propagandístico a través del periódico Nueva Democracia, saludamos al proletariado internacional, última clase de la historia y nos reafirmamos en su ideología científica el marxismo-leninismo-maoísmo.
Nueva Democracia surge como un medio para recoger las experiencias y lecciones de lucha de las masas populares. Nos hemos querido transformar en los mejores alumnos de las masas, aprender de ellas, sintetizar dichas experiencias a la luz del marxismo y fundir estas enseñanzas con una cuestión política fundamental: la lucha de clases por la conquista del poder. Debemos reconocer que no hemos sido estudiantes muy aplicados todavía. Son muchas las cuestiones a las cuales aún no podemos dar respuestas, pero venimos trabajando –teórica y prácticamente- para encontrarlas.
Con este número se completan treinta ediciones. En cifras aproximadas han sido distribuidos 36 mil ejemplares durante cinco años en distintas ciudades del país. Además contamos con una edición digital que está en permanente ampliación y que nos ha permitido llevar la propaganda comunista a lugares que para nuestras fuerzas nos resulta imposible llegar por ahora. A esto debemos sumarle la edición de diferentes folletos y material fílmico. Cerca de un 40% de los costos del periódico son cubiertos por su venta, el porcentaje restante por colaboraciones y cotizaciones.
Todas estas cifras resultan alentadoras para nosotros. Sin embargo, para quienes trabajamos y distribuimos el periódico esto no es sólo un asunto de cifras.
Hace cinco años nos propusimos abordar problemas relacionados con la revolución en Chile, en particular la Revolución de Nueva Democracia, entendiendo que ésta es indesligable del inicio y posterior desarrollo de la Guerra Popular, que su victoria abrirá paso inmediatamente a la construcción socialista y mediante revoluciones culturales al comunismo, nuestra meta inalterable. El periódico Nueva Democracia forma parte de los preparativos de la Guerra Popular en nuestro país. Sin duda que esto despierta el odio de la reacción del revisionismo y de los oportunismos de izquierda o de derecha.
Siendo la Guerra popular la expresión más alta de lucha de clases del proletariado y el pueblo contra sus principales enemigos -el imperialismo (principalmente yanki), la gran burguesía, los terratenientes y todos los reaccionarios-, en estos cinco años hemos mejorado y profundizado nuestra comprensión de la lucha de clases. Con múltiples errores, vacilaciones y desaciertos hemos venido involucrándonos porfiadamente en todas sus expresiones: lucha política, lucha económica y lucha teórica. En esto el periódico ha cumplido un importante papel en darnos un jalón.
Desde la aparición de ND podemos constatar que hemos atravesado dos etapas. La primera, cubre el periodo que va desde julio del 2004 hasta fines del 2007, en este lapso de tiempo aparecieron once números. La frecuencia claramente no se condecía con el ascenso que desde aquel entonces viene experimentando la lucha de masas en nuestro país. El periodo refleja el atraso -sino abismo- de la URC(mlm) con respecto al movimiento popular. En respuesta a esta crítica situación decidimos a principios del 2008 iniciar la Campaña mlm por un ND mensual, abriéndose una segunda etapa en la vida del periódico y de la Unión. La Campaña se ha llevado ininterrumpidamente adelante. Diecinueve números han aparecido a lo largo de la Campaña, lo que ha significado un gran golpe a nuestros enemigos de clase y un significativo salto de la prensa maoísta en el país. Este tenaz esfuerzo ha permitido tensar las fuerzas de la URC(mlm), de una forma en que no se había podido lograr antes; permitió también dar un salto organizativo, pero sobre todo y más importante aún un salto en la construcción político-ideológica. Con la segunda etapa resolvimos un problema particular nuestro: el problema de la continuidad organizativa. Lo que se logró en medio de la lucha de líneas, expresada en tendencias, ideas, opiniones, actitudes y conductas que llevaban peligrosamente a debilitar la organización. Con la segunda etapa superamos las vacilaciones que se arrastraban desde la formación de la URC.

En todo este tiempo el trabajo de propaganda con el ND nos ha colocado un desafío colosal. Nuevas tareas en el terreno de las definiciones ideológicas se nos han impuesto a nivel nacional e internacional. Por ejemplo, hemos venido aplicando nuestra política estratégica de constitución de Partido, en uno de sus aspectos más relevantes se ha ido resolviendo como una política específica de formación de cuadros. Hace algunos años comprendimos que sin cuadros no hay partido, que los cuadros constituyen la columna vertebral de un verdadero Partido Comunista. En torno al trabajo con ND hemos acelerado el proceso de la forja de la militancia y la formación de cuadros. Así resolvimos un problema aparentemente insoluble con el cual nos topamos a principios de la década: ¿cómo formar cuadros maoístas si no habían o al menos ignorábamos la existencia de ellos en nuestro país? Esto nos impuso un largo, y a veces involuntario (por nuestro desconocimiento e inexperiencia), período de trabajo principalmente teórico; es por ello que en el período anterior a la aparición de ND nos concentramos más en las tareas teóricas destinadas a comprender el maoísmo. Después, gracias a la teoría revolucionaria, entendimos que era insuficiente la actividad teórica y perdía sentido si no estaba ligado al trabajo práctico de vinculación con las masas; debíamos acumular experiencia práctica. Es por eso que en los últimos años hemos centrado nuestros esfuerzos principales en ligarnos a la lucha de clases nacional como forma de servir a la nueva gran ola de la revolución proletaria mundial.
El estudio teórico lo seguimos haciendo, en especial la historia del movimiento comunista internacional y la polémica suscitada por las nuevas formas que ha adquirido el revisionismo, el periódico debe reflejar esto. Debemos aprovechar el vasto arsenal de experiencias revolucionarias con el cual cuenta el proletariado hoy en día pero debemos cuidarnos de caer en el dogmatismo. Al referirse al movimiento comunista internacional Lenin afirmaba: “Esto significa también que el movimiento incipiente en un país joven, únicamente puede desarrollarse con éxito a condición de que haga suya la experiencia de otros países. Para ello, no basta conocer simplemente esta experiencia o copiar simplemente las últimas resoluciones adoptadas; para ello es necesario saber asumir una actitud crítica frente a esta experiencia y comprobarla por sí mismo.” Esta es la actitud que perseguimos en la URC.Desde esta perspectiva hemos venido dando la lucha ideológica contra el espíritu de círculo. Quienes han descalificado a Nueva Democracia, sin un análisis serio y un debate a la altura de las complejas tareas que debemos impulsar los comunistas en Chile, no ofrecen ninguna garantía para la unidad revolucionaria. Detrás de ND está el esfuerzo de muchos camaradas que vienen debatiendo, discutiendo y esforzándose por comprender y sobretodo por servir cada vez mejor a la clase y al pueblo. Sabemos que la unidad pasa por la lucha por establecer principios. Es indudable que, como decía Lenin, “el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones”, nosotros no podemos ser ingenuos y debemos corregir, tenemos la obligación de tomar las críticas que se nos hagan y corregir. No importa quienes hagan la crítica, debemos, y así lo hemos venido haciendo, separar la paja del trigo. Esto no lo hacemos para autocultivarnos sino porque la clase y el pueblo lo demandan así. Sabemos que es fácil caer en la crítica trotskizante típica de la pequeña burguesía, acostumbrada a justificar sus conductas vacilantes frente al revisionismo (armado o no) pero incapaz de avanzar en una autocrítica implacable con sus deslices oportunistas. No podemos andar como “enviados imperiales” criticando aquí o allá sin investigar seriamente. Los comunistas debemos reconocer los errores; pero, si el engreimiento, la ceguera y arrogancia del izquierdismo pequeñoburgués se apodera de nuestras filas le haremos un flaco favor al movimiento obrero y popular, y nos aislaremos de las masas. Los comunistas tenemos enormes responsabilidades y no podemos andar por el mundo descalificando con subjetivismos y acusaciones arbitrarias; al contrario, antes debemos investigar y buscar el debate honesto. Tampoco podemos cerrar nuestras filas frente a compañeros que hayan cometido errores en el pasado pero los han corregido en el presente o estén en vías de hacerlo. Mediante el trabajo con el periódico y llevando adelante el método de la crítica y autocrítica hemos venido corrigiendo nuestros errores tratando de llegar hasta sus raíces ideológicas.
Por otro lado, no nos consideramos la única organización comunista que esté llevando adelante la tarea de constituir partido ni pensamos que somos el centro al cual deban acudir los demás. Para resolver esta gran tarea en Chile, partimos del deseo de unidad con los demás comunistas que enarbolen, defiendan y apliquen el marxismo-leninismo-maoísmo. Queremos y debemos desarrollar el debate entre comunistas. Debe aplicarse un método correcto en el tratamiento de las contradicciones en el seno del pueblo. Hemos aprendido que los problemas con otras organizaciones y militantes revolucionarios se resuelven de cara a las masas y no con métodos administrativos, que más bien recuerdan a las viejas prácticas de las organizaciones oportunistas y pequeño burguesas. La crítica y la autocrítica son herramientas fundamentales y no tenemos por qué temerles. Las “tradiciones” revisionistas y oportunistas tienen una larga data en nuestro país, son los intentos de la ideología burguesa por penetrar en nuestras filas, debemos mantener la vigilancia y dar la más completa, cabal y resuelta lucha ideológica contra esas nefastas influencias. No avanzaremos si no las rectificamos.
Un resultado relevante de los ejercicios de crítica y autocrítica a lo largo de estos cinco años de ND es la lucha contra el sectarismo y el ocultismo. Nueva Democracia ha sido un arma importante en nuestra lucha contra estas tendencias. En el caso de la lucha contra el sectarismo, el periódico nos ha ayudado a acercarnos a las masas y activistas honestos. ND también ha facilitado la labor de reagrupamiento de revolucionarios dispersos en distintos puntos del país y en los distintos frentes de masas. Estos comunistas y revolucionarios, que no obstante no contar con organización política, sí cuentan con una trayectoria de lucha en el seno de las masas y además una decidida lucha contra el revisionismo de todas layas.
En el caso del ocultismo o secretismo, hemos debido vencer esta tendencia que nos aleja de la propaganda comunista en el seno de las masas. Este error, nos ha llevado en el pasado a ocultar a las amplias masas la propaganda de la ideología científica y la política revolucionaria. Con el periódico hemos ido rectificando este serio error. Desde un comienzo hasta la fecha la distribución y venta del ND en lugares de concurrencia de masas trabajadoras ha sido una tarea llevada con sistematicidad y audacia; así ha sido, en poblaciones, afuera de las fábricas, especial mención hay que hacer a quienes han llevado la prensa a las movilizaciones desplegadas por las masas durantes estos años.
Como órgano comunista al servicio del pueblo, ND ha contribuido de manera importante a ampliar la denuncia. Cada vez más elementos de las masas se muestran vivamente interesados en aportar con sus denuncias a romper con la impunidad acostumbrada con que actúa el imperialismo y la gran burguesía.
En esta misma línea de la denuncia y lucha contra el oportunismo, Nueva Democracia ha cumplido un importante papel para dejar al descubierto ante las masas la acción del revisionismo tanto a nivel nacional como el internacional. En este sentido nuestra lucha contra el sistema imperialista y en particular contra el imperialismo yanqui lo hemos planteado como inseparable de la lucha contra el revisionismo. Sólo en lucha contra estos enemigos implacables del pueblo chileno se puede aplicar el marxismo-leninismo-maoísmo.
ND ha servido para dar a conocer las luchas revolucionarias, en esto no siempre hemos reaccionado con la debida audacia y atrevimiento que nos exige el presidente Mao, pero tenemos la obligación de enmendar y continuar.
Tras cinco años y 30 números de Nueva Democracia hemos conseguido un órgano de prensa popular revolucionaria que está condiciones de sostenerse en el tiempo y ampliar su vinculación con las masas. Pero hoy el marxismo-leninismo-maoísmo, además de ser conocido en más lugares mediante nuestra labor de educación y propaganda, tiene que ser aplicado a nuestras condiciones.
Por eso que con el número 30 de ND la URC (MLM) abre una tercera etapa que constituye la construcción de un nuevo salto: debemos multiplicar los grupos de activistas y propagandistas, pero sobre todo debemos multiplicar nuestros vínculos con las masas, debemos aplicar resueltamente la línea de masas de la Unión. Todo para fundirnos planificadamente con la protesta popular que viene creciendo y desbordando, preparando así el término de nuestra labor con las manos desarmadas e iniciar la Guerra Popular.
Chile, país semifeudal y semicolonial, dominado por la burguesía monopólica, y oprimidos por el imperialismo, necesita periódicos comunistas. Frente a esta importante tarea no desistiremos ni descansaremos. Luis Emilio Recabarren, desde aquellos tiempos del lanzamiento de “El Despertar de los Trabajadores”, nos enseñó la importancia de la prensa militante para educar políticamente a las masas. No fue una tarea fácil en aquel entonces tampoco lo será hoy.
Apoyémonos en Nueva Democracia para dar la necesaria lucha ideológica en el seno de las masas para arrebatar al oportunismo la dirección de éstas.
Llamamos a comunistas, revolucionarios, miembros de organizaciones de masas a que se sumen a la labor del periódico como un “organizador colectivo”; los llamamos a que se sumen como corresponsales al mismo tiempo que no descuiden las tareas de organizar, movilizar y politizar a las masas.

“Este es el momento actual: momento de Siembra Roja. La semilla palpita en las entrañas del pueblo y el alumbramiento se va produciendo. Las multitudes lo comprenden.”
Luis Emilio Recabarren